Según los últimos datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en España, 12.227,4 personas (unidad: miles de personas) forman parte del sector privado. De ellos, se estima que casi 300.000 son “empleados fantasmas” que, unidos al casi medio millón del sector público, cuestan al Estado 68.000 millones de euros anuales. 

El absentismo se da, principalmente, en épocas cercanas a los periodos de vacaciones. Así, el absentismo es mayoritario entre enero y marzo, coincidiendo con la vuelta de vacaciones de Navidad y la cercanía a la Semana Santa, y, también, entre septiembre y diciembre, tras las vacaciones de verano. Cabe destacar que, esta situación, en el ámbito del sector privado va unida a la emisión de partes de baja (unos 10.237 se emitieron en 2017), que en algunas ocasiones son “falsos”; los partes de baja suponen la incapacidad temporal del trabajador para realizar la actividad que, con carácter general, venía desarrollando pero, en muchas ocasiones, esa incapacidad es inexistente, como Boro Barber puso de manifiesto en su reportaje. La emisión de partes de baja “falsos”, unido al absentismo laboral, suponen un fraude a la Seguridad Social que tiene un coste de más de 1.000 millones de euros.

Esta situación repercute en la CVL de los trabajadores que sí cumplen con su jornada laboral, pues en muchas ocasiones las bajas causadas por compañeros son cubiertas por el resto de trabajadores de la empresa, suponiendo una mayor carga de trabajo para ellos que, en muchas ocasiones, desafortunadamente, no conlleva una mayor retribución. Esto puede provocar una menor motivación en esos trabajadores, que ven aumentados sus ritmos de trabajo para poder conseguir los objetivos marcados consecuencia de la falta de personal. A su vez, la motivación puede conllevar a la frustración del trabajador ante esa situación y a una disminución de la productividad, pues podría darse una situación de falta de salud laboral cuyo resultado puede desembocar en tal hecho. 

Como bien se ha anotado en la publicación, no hay datos oficiales sobre el absentismo laboral, pero como conclusión del estudio de las fuentes indicadas anteriormente, es posible afirmar que el mismo se sitúa, en la actualidad, en cifras similares a las del 2009. En concreto, se predica un absentismo de 4,58 horas de media por cada mes. El 66,2% de esas horas se debe a vacaciones, el 12% a fiestas disfrutadas y el 15,3% de horas pagadas y no trabajadas se debe a situación de incapacidad temporal. Por tanto, la situación de absentismo laboral e incapacidad temporal (tras emisión de parte de baja laboral) están muy relacionadas, al menos en lo que corresponde al sector privado.

Sin embargo, pese a todos los datos de los que se dispone para poder afirmar que en España el absentismo laboral, tanto en el sector público como en el sector privado, sigue siendo un problema grave (junto con Suiza, Dinamarca y Finlandia lideran el ranking de absentismo laboral en Europa), desde el sindicato CCOO se niegan tales hechos. Afirman que “el absentismo laboral como práctica habitual es totalmente irrelevante, sus cifras son muy anecdóticas y, en todo caso, están muy debajo de la cifra de horas extras trabajadas y no pagadas”. Justifican las horas de absentismo laboral en vacaciones, días festivos, incapacidad laboral, permiso por maternidad, otros permisos remunerados, etc.

Como conclusión, y reflexión propia, es posible afirmar que España tiene un grave problema con el absentismo laboral, tanto en el sector público como privado, que está íntimamente relacionado con la emisión de partes de baja falsos que generan un fraude en la Seguridad Social y agravan la desmotivación y otros problemas médicos en los puestos de trabajo.