En tierra de hombres (2005)
Por María Jesús Ruiz Chacón - 25 febrero
La película, estrenada en 2005,
basada en hechos reales y protagonizada por Charlize Theron, cuenta la historia
de una mujer, Jossie Aimes, madre soltera con dos hijos, que se vio avocada a buscar
un trabajo para mantener a su familia. Para ello, volvió al domicilio de sus
padres y solicitó trabajo en la empresa extractora de minerales a la que se
había concedido la explotación de un yacimiento en la localidad.
El sector de la minería, en la
época en la que está ambientado el filme (1975), estaba copado prácticamente en
su totalidad por hombres, algo que a día de hoy tampoco se ha modificado. Según
datos oficiales del Servicio Público de Empleo, el pasado año 2015, la
afiliación masculina en el Régimen Especial de la Minería del Carbón era 100
puntos porcentuales superior a la femenina entre los afiliados menores de 25
años. Volviendo al largometraje, el número de trabajadoras de la mina puesto en
relación con el número de trabajadores varones, era insignificante y esta
brecha tan ostensible se hace todavía más gráfica para el espectador en la
escena del comedor. En esa parte de la trama, los trabajadores ya estaban
sentados en sus sillas cuando aparecen por la puerta de la cantina el grupo de
trabajadoras. Son sometidas a un escrutinio indisimulado por parte de todos sus
compañeros, a la vez que objeto de burlas, comentarios insidiosos y gestos lascivos;
todo ello muestras del acoso por razón de sexo a que se ven sometidas en su
puesto de trabajo.
Al principio de la jornada
laboral, en uno de los primeros días de trabajo de la protagonista, aparece el
jefe con el encargado de grupo, informando de que va a necesitar a una de ellas.
El comentario totalmente fuera de lugar del encargado fue: “Y quiero una
(trabajadora) con cuerpo bonito”. Con esta intervención, ya se estaba
anunciando a las trabajadoras el clima que tendrían que soportar en esa
empresa; un ambiente laboral opresivo, discriminatorio, ofensivo y amenazante,
que a lo largo de la película las tiene sometidas a una gran presión y a un
continuo estado defensivo que genera un importante desgaste de energías, que
naturalmente, va a encontrar reflejo en su productividad, en la medida en que
las condiciones en las que desarrollan su trabajo no son en absoluto las más aconsejables.
También ello afecta a su motivación, pues, como no puede ser de otra manera,
con semejantes compañeros, ninguna iba con ilusión a desempeñar su trabajo, sin
embargo por unos u otros motivos estaban obligadas a hacerlo: la protagonista,
en particular, por las cargas familiares que soportaba.
Por otro lado, la sociedad en su
conjunto tampoco coadyuvaba a mejorar la situación, ni siquiera la familia de
la protagonista. La incorporación de la mujer al mundo laboral fundamentalmente
tuvo lugar durante la Segunda Guerra Mundial, y pasados 30 años, todavía
existía una importante segregación laboral por género. Actualmente esa brecha aún
sigue subsistiendo, pues es irrefutable que existen puestos de trabajo que
apenas tienen representación masculina – como el servicio del hogar – y otros
en los que no hay presencia femenina – como el sector del que se trata en esta
película, el de la minería –. La gráfica que os adjunto, publicada recientemente en el periódico eldiario.es, da buena muestra de esta distribución de ocupaciones por razón del género.
En este, en mi opinión, reportaje
documental y biográfico, se denuncia la visión sexualizada que los trabajadores
de la mina tenían de sus compañeras, lo que los llevaba a reducirlas en su
trato a meros objetos de deseo, sin tener en cuenta su condición humana y
muchísimo menos profesional, factor que una vez más, merma la calidad de vida
laboral de las trabajadoras, que se sienten minusvaloradas tanto desde el punto
de vista profesional como desde el punto de vista personal, en el sentido más
metafísico de la palabra. Pero lo que también se denuncia es, no ya la falta de
mecanismos de las empresas para poner fin a este tipo de comportamientos, sino
la falta de preocupación por los mismos; tanto es así que cuando Jossie pone en
conocimiento de sus superiores este acoso por razón de sexo, estos le responden
que la solución a la situación es su dimisión, por tanto, no solo no eliminan
el factor de riesgo para la salud, integridad e incluso productividad de las
trabajadoras, sino que con su conducta, alientan a los agresores a que su
comportamiento persista e incluso que se agrave, ante la inexistencia de sanciones
ejemplares.
No me gustaría acabar esta
entrada sin referirme a una escena especialmente ilustrativa del trato inhumano
y despreciativo de estos trabajadores para con sus compañeras, cual es aquella
en la que los trabajadores vapulean el sanitario portátil instalado en la mina
y en cuyo interior se encuentra Jossie, poniendo de manifiesto con ello que ni
en los momentos más íntimos y personales iban a poder estar tranquilas y sin su
asfixiante acoso, mientras permanecieran en esa empresa.
Os recomiendo verdaderamente que
la veáis desde el enfoque que ofrecemos en este blog. No os dejará
indiferentes.
Fuentes
CARO, N. (Dirección). (2005). En tierra de hombres
(North Country) [Película].
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