Siempre hay una primera vez y un primer día. Por mucho que tengas años de experiencia en el mundo laboral, siempre puede ocurrir que tengas que volver a empezar de 0 en una nueva oficina, en un nuevo empleo, nuevos sistemas, nuevos compañeros, nuevos jefes, etc.

Normalmente, llegas a ese nuevo lugar, te enseñan de qué forma desarrollar tu trabajo, aprendes su sistema y te adaptas a una nueva dinámica, pero… ¿debemos conformarnos? ¿debemos ser exigentes con lo que buscamos?

Intervienen muchos factores, pero la filosofía y los valores del lugar deben adaptarse a las necesidades y circunstancias del trabajador. Hoy en día es importante que el nuevo empleado se identifique con su trabajo, con la empresa y se adapte a ella lo más rápido posible, integrándose en el equipo humano que forma la dinámica organizacional. 

El proceso de inducción personal consiste en la orientación, ubicación y supervisión que se efectúa a los trabajadores de reciente ingreso en la empresa, durante el periodo de desempeño inicial. Por tanto los objetivos de la inducción personal se pueden resumir en tres:

1. Ayudar a los nuevos empleados a tener un comienzo positivo y productivo, alejado de angustias y desmotivaciones. 
2. Establecer actitudes favorables de los nuevos empleados hacia la organización, sus políticas y su personal. 
3. Ayudar a los nuevos empleados a introducir un sentimiento de pertenencia y aceptación para generar entusiasmo. 

Para ello es importante contar con programas de inducción con el fin de mejorar el proceso de adaptación tanto para la empresa como para el trabajador. Si el trabajador no recibe una “inducción adecuada se siente inundado de información, frustrado por no tener claridad sobre sus responsabilidades, desanimado y con la sensación de no haber podido demostrar sus cualidades” (Ana Isabel Córcoles Cubero, en su libro “El Manual de acogida en la empresa”).

Un buen programa de integración del trabajador permitirá a la empresa proporcionar al nuevo trabajador la información básica y necesaria para integrarse rápidamente en el lugar de trabajo. Algunos de los pasos a seguir para mejorar la integración de un nuevo trabajador son:

• Información sobre la cultura organizacional de la empresa. 
• Información sobre las políticas generales de la empresa, tales como el horario, los días de pago, vacaciones, festivos, reglamento interior, etc. 
• Efectuar presentaciones oficiales en el nuevo entorno laboral, ya sea al supervisor o jefe directo, al resto de compañeros y a los subordinados. 
• Ubicar correctamente al nuevo empleado en su puesto de trabajo. 

1. Presentación
2. Introducción al puesto
3. Seguimiento

La inducción cada vez es una de las principales estrategias de las empresas actuales para fomentar la permanencia de los nuevos trabajadores. Pero no solo beneficia a la empresa, sino que también aumenta la calidad de la vida laboral de los trabajadores, puesto que se orienta positivamente el interés y la voluntad de aprender a la persona que ingresa nuevamente en la organización, reduce los niveles de angustia al cambio y evita graves errores en el desempeño de la nueva labor.

De esta forma, los trabajadores se sienten más a gusto, más capacitados, crece su satisfacción y su motivación, por lo que el trabajador empezará en el desempeño de sus funciones en plenas condiciones ambientales y emocionales. 

¿Te has sentido bien recibido cuando has empezado en un trabajo nuevo? ¡Cuéntanoslo! 

Fuentes:

ANA ISALBEL CÓRCOLES CUBERO, autora de “El Manual de acogida en la empresa” (2014). 

Grupo Albe Consultoría (2017). La inducción del personal como detección de necesidades de capacitación. 

http://www.grupoalbe.com/la-efectividad-de-la-induccion-del-personal-como-deteccion-de-necesidades-de-capacitacio/

Gesiopolois (2015). Importancia de la inducción de personal en las empresas. 

https://www.gestiopolis.com/importancia-de-la-induccion-de-personal-en-las-empresas/