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Trabajo flexible: ¿una quimera?

Por María Jesús Ruiz Chacón - 08 abril

El propósito de esta entrada es analizar si la flexibilidad y el trabajo por objetivos son compatibles. Para ello procederemos en primer lugar a describir someramente ambos sistemas de trabajo y posteriormente, se pondrán en relación para ver si efectivamente pueden aplicarse conjuntamente o se anulan uno a otro.

Trabajo flexible

La flexibilidad presenta dos vertientes:
  • Desde la perspectiva de la empresa, la flexibilidad sugiere la necesaria versatilidad de la compañía y su capacidad de adaptación a los continuos cambios del contexto del que forma parte – que al mismo tiempo exige el que sus empleados también tengan esa capacidad de resiliencia de la que hablamos a colación de las empresas saludables.
  • Desde la  perspectiva del trabajador, la flexibilidad hace alusión a los tiempos de trabajo y en concreto, a la posibilidad de distribuir una parte de la jornada laboral a conveniencia del trabajador, favoreciendo de esta manera su conciliación – aspecto este, que se ha tratado profusamente en el presente blog –. El horario de trabajo flexible se traduce de facto en una división de la jornada diaria en dos partes:
    • Horario básico. Durante estas horas el trabajador debe estar físicamente en su puesto de trabajo.
    • Horario flexible. Esta franja horaria es de libre disposición para el trabajador. Teniendo en cuenta que tiene que hacer un número de horas de trabajo efecto concreto, las horas que se encuentran dentro del horario flexible pueden ser distribuidas libremente por el trabajador.

Será esta segunda visión de la flexibilidad la que se adopte en la entrada, que por cierto, cuenta con una amplia aceptación tanto entre los trabajadores como entre las organizaciones, por distintos motivos:
  • La razón fundamental por la que los trabajadores prefieren horarios flexibles ya se ha mencionado: la mejor disposición para alcanzar la conciliación entre la vida laboral, personal y familiar. Al ser el propio trabajador quien gestiona su tiempo, puede decidir desarrollar su labor en los periodos más productivos o compaginar su trabajo con otro tipo de actividades.
  • Los motivos por los que las empresas acogen de buen grado la flexibilidad horaria han sido pródigamente estudiadas por los académicos (reducción del absentismo, incremento de la autonomía de los trabajadores, mejora de la moral de los empleados, etc.). Aunque, por supuesto, no está exento de inconvenientes como la necesidad de adoptar otros sistemas de control de asistencias y de coordinación entre los trabajadores (DOLAN, VALLE, JACKSON, & SCHULER, 2007, pág. 357).


Trabajo por objetivos

El otro elemento de la ecuación es el trabajo por objetivos. Al respecto también existen diversos estudios y académicos que loan las bondades del trabajo por metas, entre las que podemos citar:
  1. El principal y fundamental efecto que coinciden en señalar todos los estudiosos es la motivación del trabajador. Al tener un propósito concreto, el trabajador va a concentrar todos sus esfuerzos en alcanzarlo.
  2. Fomenta el compromiso del empleado con la empresa, en la medida en que esta le establece un objetivo – es decir, una obligación de resultado – pero le inviste al mismo tiempo de la autonomía necesaria para alcanzarlo.
  3. Innovación. La autonomía del trabajador se relaciona con la responsabilidad por las decisiones que adopte. Al no establecerle la compañía el cómo debe hacer su trabajo sino qué tiene que conseguir con su trabajo, es el propio operario quien debe determinar la hoja de ruta, lo que incentiva necesariamente la creatividad y la innovación.
  4. Satisfacción. Al conseguir las metas propuestas, el trabajador se siente realizado profesionalmente y satisfecho con su labor, ya que el objetivo le proporciona un resultado mesurable y notorio.

Para que se desencadenen todos estos beneficios del trabajo por objetivos, es necesario que las metas establecidas sean medibles, claras, posibles y limitadas en el tiempo, porque de lo contrario lejos de propiciar un incremento de la motivación del trabajador, se va a conseguir el efecto contrario.



Compatibilidad

A primera vista parece que el trabajo por objetivos y la flexibilidad horaria son factores antagónicos, pues ciertamente al establecerle al trabajador un objetivo, teniendo flexibilidad horaria para lograrlo, será este quien gestione su tiempo, pero puede ser que acabe invirtiendo en el proyecto más horas de las que habría correspondido de haber tenido un horario convencional. Por tanto, para compatibilizar objetivos y flexibilidad, es fundamental introducir un tercer elemento: la gestión racional del tiempo.

La mejor manera de explicar todo concepto es hacerlo gráficamente, y por ello, para definir la gestión eficiente del tiempo, vamos a usar dos técnicas: la matriz de Eisenhower y la técnica de pomodoro, ambas recogidas en las siguientes tablas e imágenes, respectivamente.

Matriz de Eisenhower




Técnica de pomodoro

Conclusión


En síntesis, el que el horario flexible y el trabajo por objetivos sean o no compatibles depende en última instancia de la capacidad que tenga el operario de gestionar eficientemente su tiempo, de suerte que si concentra sus horas laborales en aquellas franjas horarias en las que es más productivo – según sus biorritmos y según su compatibilidad con otras tareas profesionales o personales que requieran también su atención – será más eficaz y eficiente, y no tendrá que dedicarle al proyecto más horas de las estrictamente necesarias.



Fuentes

 DOLAN, S. L., VALLE, R., JACKSON, S. E., & SCHULER, R. S. (2007). La gestión de los recursos humanos: cómo atraer, retener y desarrollar con éxito el capital humano en tiempos de transformación. Madrid: McGraw-Hill.


EICHHORN, P., & TOWERS, I. (Enero de 2018). Goals, Production Factors and Results. Principles of Management, 115-155.

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