Ya hemos visto en numerosas entradas que debemos medir la CVL del trabajador a través del conjunto de todas aquellas circunstancias que le rodean en su ámbito laboral. Una de estas es el diseño del puesto de trabajo, que debe ser adecuado a cada trabajador, de manera individual, para que este se sienta cómodo y sea productivo y efectivo en las tareas que desempeñe. Generalmente se estudian cuatro enfoques principales, aunque hay otros métodos que suelen ser combinaciones entre ellos. Estos son: diseño científico, diseño individual, diseño de equipos y ergonomía.
El primero de los enfoques, el científico, está diseñado normalmente para ingenieros industriales, y trata de realizar un diseño en el que las tareas que deban realizar los empleados no superen sus capacidades. Los puestos que se diseñan de este modo generalmente dan lugar a que se fraccione el trabajo en segmentos simples y pequeños. Estas tareas se prestan a los estudios de tiempo y movimiento, y los sistemas de retribución por incentivos. Normalmente este diseño da lugar a puestos de trabajo con un nivel mínimo de variedad, significación, autonomía, retroalimentación e identidad. La única recompensa que generan este tipo de puestos es la monetaria.
Por el contrario, el diseño individual trata de conseguir una motivación elevada, un rendimiento laboral de gran calidad, el aumento de la satisfacción del empleado, un bajo absentismo y una baja rotación de personal. El trabajador ve sentido a su trabajo, conoce los resultados y tiene una responsabilidad acorde a los mismos. A su vez, hay tres enfoques individuales:
- La rotación de puestos de trabajo, suele permitir aumentar con el tiempo el número de cometidos que desempeña el empleado.
- La ampliación del puesto de trabajo añade más cometidos a un puesto concreto, en lugar de trasladar al empleado de un sitio a otro. Permite aumentar la variedad de habilidades del trabajador.
- El enriquecimiento del puesto de trabajo consiste en añadir más tareas de diferente naturaleza a un puesto de trabajo. También se denomina carga de trabajo vertical (cometidos con muchas características diferentes), frente a la horizontal o ampliación del puesto (más tareas con las mismas características).
En cuanto al diseño de equipos, suele mostrar más preocupación por las necesidades de los individuos, así como por las limitaciones que impone la tecnología. Los trabajadores del equipo rotan sus puestos, y es muy posible que sigan el producto en el que están trabajando desde el comienzo al final del proceso productivo. Cada trabajador aprende a desempeñar varios cometidos, y cada uno de ellos requiere distintas habilidades. Si este trabajo en equipo da lugar a una mayor producción, los miembros del equipo participarán en los beneficios.
Por último, en lo referente a la ergonomía, la empresa tratará de modelar los puestos de trabajo para que se adecuen a las capacidades y características físicas de sus empleados, de forma que puedan realizar mejor sus trabajos. Según un estudio realizado en EEUU por el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene Profesional, comparando dos grupos de trabajo bajo un sistema de retribución por incentivos, se llegó a la conclusión de que los que trabajaban en puestos más ergonómicos eran un 25% más productivos que los otros.
Fuente:
Dolan, S., Schuler, R. S., & Valle, R. (1999). La gestión de los Recursos Humanos. McGraw-Hill.
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