Los beneficios laborales de llevar una alimentación saludable

Por Unknown - 26 abril

Todos sabemos que una buena alimentación es la base de nuestra calidad de vida, tanto personal como profesional, y está íntimamente relacionado con el bienestar y la armonía física, mental y social. Pasamos 8 horas diarias en el trabajo, y por ello es un espacio fundamental para la prevención de enfermedades y la promoción de hábitos saludables, especialmente en cuanto a la alimentación y al ejercicio físico.

Algunos estudios demuestran que una mayor exposición a entornos saludables en el trabajo está directamente relacionado con dietas más equilibradas y comportamientos más saludables, además de una menor tendencia a la obesidad. Así, también existe una relación directa entre llevar una alimentación equilibrada y la seguridad laboral y la productividad. Una buena alimentación ayuda al empleado a estar motivado, mejorando su capacidad física y mental. Sin embargo, comer en exceso durante la jornada laboral puede llevarnos a un estado de fatiga física y/o mental, y a somnolencia, lo que repercutirá sobre las funciones cognitivas y nuestra capacidad de reacción. 

Sin embargo, todos sabemos que llevar a cabo una alimentación saludable en el trabajo es muy difícil. Muchos empleados comen fuera de casa debido a sus horarios, y deben hacerlo en comedores de empresa o servicios de restauración colectiva, como bares o máquinas self service. Además, no se dispone del tiempo adecuado para comer, y no se hace cómodamente como puede uno hacerlo en casa. Además de esto, hay que decir que en las propias empresas no se potencia esta alimentación saludable, sino que, por el contrario, instalan máquinas espendedoras con refrescos azucarados, snacks, productos salados y con exceso de grasas, precocinados, etc. Es decir, todo aquello que se debe evitar si quieres tener un estilo de vida saludable. 

Visto esto, queremos daros una serie de consejos para llevar una vida sana y adecuada.


  • En primer lugar, hay que adecuar nuestra alimentación al trabajo que desarrollamos. Así, en trabajos de oficina más sedentarios, debido al bajo gasto calórico que supone, no deberían consumirse excesivas calorías, que harán que nos sintamos más pesados y somnolientos. En trabajos de gran estrés físico o psíquico, la dieta debe ser al revés que la anterior, y contener tantas calorías como aquellas que vayan a consumirse por ese esfuerzo. Aquellos que desarrollan trabajos con horarios especiales, como trabajo a turnos o nocturno, deberán adaptar sus comidas al horario de la jornada para afrontarlo con energía.
  • En segundo lugar, tener la posibilidad para realizar pausas activas y/o consumir alimentos en un ambiente relajado.
  • Tener acceso a alimentos y bebidas saludables, o si la empresa no los ofrece, llevar una pieza de fruta de casa, por ejemplo.
  • Disponer de un espacio habilitado para comer, así como tener pequeños electrodomésticos que nos permitan preparar y conservar los alimentos que llevemos de casa.
  • Tener una buena rutina alimentaria (véase pirámide nutricional)
Si llevas a cabo todos estos consejos, los beneficios no afectarían solo a tu salud, sino que también hay estudios que demuestran que una nutrición inadecuada da lugar a unas pérdidas de productividad del 20%. Además, una alimentación repetitiva y monótona o en la que falten alimentos indispensables para nuestro cuerpo hace que nos sintamos más fatigados, con cansancio excesivo, mostraremos falta de interés y motivación, irritabilidad... Así que ya sabes, tómate en serio tu alimentación para poder ser un trabajador productivo a la par que sano.

Fuente:
Confederación Regional Empresarial Extremadura. (19 de Mayo de 2016). PRL Creex. Recuperado el 26 de Abril de 2018, de http://prl.creex.es/j34/1005

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