Las empresas cada vez demandan un perfil más concreto: más preparados, más formados, con más títulos, más especializados y con más experiencia (pero no demasiada).
En este post queremos hacer referencia a lo que sucede cuando las oportunidades empiezan a desaparecer, cuando tu edad te convierte en “no-útil" para las empresas. El trabajo es el motor de la economía familiar, pero se transforma en un drama para las personas mayores de 45 años que por la razón que sea se encuentran en situación de desempleo.
El 49% de los trabajadores desempleados actualmente son mayores de 45 años, de los cuales el 25% lleva más de dos años sin empleo, según la Fundación Adecco. Además, es importante resaltar que el 82% tiene responsabilidades familiares. Además, los índices de desempleo de personas de mayores de 45 años son los que más aumentan y con diferencia.
A la frustración de no poder trabajarse se le añade el miedo a afrontar nuevos retos, viéndose obligado a vivir de su familia y, en su caso, de sus ahorros, con la afectación emocional que esta situación conlleva.
Además, como hasta ahora regía tendencia a la permanencia de la empresa, muchos únicamente cuentan con la experiencia laboral de su última empresa. En muchos casos las soluciones son drásticas, como verse en la obligación de darse de alta como autónomos y cotizar por una base para que no alcanzan sus ingresos, por tal de no ver afectada su pensión.
Lo peor es que a medida que aumenta la edad, disminuyen las oportunidades. Si bien es cierto que el Estado contempla subsidios para desempleados mayores de 45 años a largo plazo, pero parecen no ser una solución definitiva.
Un informe de la UGT, denominado “Mayores de edad de 55 años en el mercado de trabajo español”, refleja que la tasa de paro ha aumentado en ese grupo de edad en un 322% en los últimos 10 años. Sin duda la principal consecuencia es un aumento del empobrecimiento de esta colectivo, así como una situación de extrema precariedad, por lo que nos hallamos ante un claro fenómeno de empeoramiento de las condiciones laborales de nuestros trabajadores más experimentados.
Un dato sorprendente es que todos aquellos que tienen “la suerte” de encontrar un puesto de trabajo, casi un 52% tiene que conformarse con una jornada parcial. Si bien esto es un grave problema para la economía y el estado emocional de las familias afectadas y un receso en el mercado laboral, perjudica gravemente las pensiones de jubilación que durante años anteriores se han estado labrando. Lo que significa un inconveniente no solo a título particular, sino que también implica una importante reducción de los ingresos de las arcas de la Seguridad Social.
En 2017, UGT presentó una serie de propuestas en la mesa de diálogo social con el gobierno, quien ha accedido a incluirlas “dentro de la bolsa de medidas destinadas a combatir el paro de larga duración”:
- Oferta de servicios públicos destinados a proporcionar orientación, reinsertar al colectivo de activos, formación y recualificación-
- Combinar una prestación con políticas activas de empleo.
- Otorgar el acceso al subsidio solo por edad, suprimiendo el requisito de rentas familiares.
- Reducir el subisidio de larga duración a los 52 años como antes de la reforma laboral, y no a partir de lo 55.
- Eliminación de la jubilación forzosa a los 61 años para las personas que cobran el subsidio, lo que les supone un recorte en sus pensiones.
Aproximadamente 636.500 personas tienen tienen entre 45 y 59 años (más del 60% de los parados de esas edades). Un estudio de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) así lo indica: más del 40% de los parados en esas franjas de edad seguirán parados dentro de 12 meses, frente a los porcentajes inferiores al 30% para edades inferiores, y, si sobrepasan ese umbral, la probabilidad de seguir en el desempleo a los 24 meses se eleva al 80%.
Es un asunto de importante solución para el gobierno. Con su mejora se podrá mejorar la calidad de vida laboral de aquellos que se han visto negados de la posibilidad de acceder a un trabajo por una simple cifra: su edad. La mayoría de estas personas han estado trabajando y cotizando durante años, es responsabilidad de los gobiernos incentivar un medidas que mejoren las oportunidades de los mayores de 45 años y concienciar a las empresas de que los mayores también pueden aportar grandes cosas a sus organizaciones.
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Fuentes:
UGT (2017). Plan de choque para el empleo, desempleados de larga duración y tarjeta social.
CARLOS DE BENITO (2017). El economista: El drama de tener más de 45 años y estar desempleado.
DAVID GARCÍA-MAROTO (2018). El independiente: El 40% de los parados de más de 45 años seguirán sin trabajo dentro de 1 año.
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