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Histeria colectiva de masas en el entorno laboral: ¿realidad o ficción?

Por Cristina Mateos - 20 febrero

Podría ser una tarde de domingo, quizás era sábado, sólo recuerdo que eran fechas navideñas y como era habitual el centro de Madrid estaba abarrotado de personas que aprovechaban su día de descanso laboral para ver las luces que se proyectaban a lo largo de la calle Preciados. Yo trabajaba en una tienda sita en Plaza de Callao de una conocida empresa hostelera, y aquel día recuerdo haber atendido a clientes de forma ininterrumpida durante horas como era lógico por aquellas fechas. Caída la tarde, me empecé a encontrar mal; me dolía la cabeza, me costaba concentrarme, me sentía fatigada y tenía náuseas. A penas tenía tiempo de descansar ni siquiera para beber un poco de agua puesto que había una larga fila de clientes esperando a ser atendidos.

En uno de los pequeños intervalos que tuve mientras despedía al último cliente y atendía al siguiente, le hablé a una de mis compañeras de mi malestar, explicándome ella que tenía los mismos síntomas que yo. También me comentó que dos compañeras más de nuestro turno tenían los mismos síntomas, y que otras compañeras del turno de la mañana habían estado con indisposiciones similares durante sus respectivas jornadas. Cuando fui a hacer mi descanso de 15 minutos, aproveché para charlar con otra de las compañeras que se encontraba mal, y para mi sorpresa ésta me comentó que padecía dichos síntomas desde hacía algunas semanas, y que a otras compañeras les ocurría lo mismo, hecho que les condujo a pensar que podría haber algún contaminante en el ambiente que generase dicha situación. Me indicó que quizá podría provenir de algún pequeño escape de gas o quizá del climatizador, pero que eran sólo suposiciones suyas. Cuando regresé de hacer el descanso tuve la oportunidad de hablar con la persona encargada del turno, y le comenté la situación respecto a mi malestar y el de mis compañeras, así como las suposiciones acerca de la presencia de algún contaminante tóxico en el ambiente. La respuesta de mi encargada vino acompañada con una sonrisa en la boca, y con aires de condescendencia me contestó: ¡Habrá un virus! ¿Cómo vamos a estar intoxicándonos?

La Enfermedad psicogénica de masas o histeria colectiva de masas  se presenta como una aparente epidemia de quejas cuyo origen parece ser social o psicológico, en lugar de toxicológico, y los afectados dicen sufrir dolor de cabeza, fatiga, náuseas y debilidad.




Actualmente dicha enfermedad sigue siendo objeto de estudio, no obstante la comunidad científica señala que puede haber factores que generen esa sintomatología, entre ellos destacan las condiciones termohigrométricas (velocidad del aire, temperatura, humedad), iluminación, ruido, ventilación, etcétera. También señalan que en el entorno laboral juega un papel importante la organización del trabajo, estilo de mando, las relaciones laborales y el ritmo de trabajo, pues dichos aspectos pueden incrementar el estrés de los trabajadores y hacerlos más susceptible a los factores ambientales. Según el médico Jay Salpekar, director del Programa Neuroconductual del Children´s National Medical Center de Washington la enfermedad psicogénica se produce como resultado del estrés. También señala que los grupos en los que tiene lugar este fenómeno han estado sometidos a un estrés compartido antes de que se produzca dicho brote.  

Desde el campo de la prevención de riesgos laborales se aboga por analizar el lugar de trabajo cuando se produzcan dichas quejas colectivas en aras a descubrir las causas de los problemas y aplicar las medidas protectoras apropiadas para solucionarlos.

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