La radiación electromagnética: ¿Un peligro a tratar en el entorno laboral?
Por Cristina Mateos - 14 febrero
¿Qué se sabe acerca de la radiación electromagnética de baja
frecuencia? ¿Qué entornos laborales no se hayan expuestos a este tipo de
radiación? ¿Qué efectos tiene para la salud? En el supuesto de que presenten un
peligro para la salud del trabajador, ¿cómo se puede combatir?
La radiación electromagnética forma parte de la radiación no
ionizante, es decir aquella radiación que ocupa la parte del espectro
electromagnético que va desde las frecuencias extremadamente bajas hasta la
radiación ultravioleta. Las galaxias, el sol, las estrellas son fenómenos
naturales que emiten radiación de baja densidad, pero en el último siglo se han
sumado a estos campos electromagnéticos, fundamentalmente en el mundo
desarrollado, un relevante número de campos artificiales debido
fundamentalmente al desarrollo de las tecnologías.
La exposición a este tipo de radiación se produce
prácticamente en todos los ambientes: En el hogar, el trabajo, las escuelas, en
transportes que funcionan por corriente eléctrica, etcétera. No obstante
existen profesiones donde sus trabajadores están sometidos a una exposición
continuada de radiación electromagnética, por ejemplo aquellas vinculadas con
el sector electrónico, ferroviario y las telecomunicaciones. Las ocupaciones en
el sector eléctrico suelen presentar mayores altos niveles de exposición, por
ejemplo aquellos trabajadores de centrales eléctricas o aquellos trabajadores
de la línea eléctrica. En el campo de los transportes también encontramos
medios afectados por esta radiación, por ejemplo aquellos trabajadores ocupados
en los sistemas de transporte electrificado. En oficinas y entornos laborales
donde hay una presencia relevante de aparatos electrónicos como ordenadores,
impresoras, pantallas de televisión, se dan campos magnéticos que exceden
normalmente a los encontrados en el hogar. En este sentido, se puede señalar
que no existe ninguna profesión en la que se pueda afirmar que sus trabajadores
no estén expuestos a ésta radiación, no obstante sí que existen distintos
grados de exposición entre unos entornos laborales y otros.
Los efectos que esta radiación tiene sobre la salud de
aquellos trabajadores más afectados aún son desconocidos. Algunos estudios señalan
que una jornada laboral con una importante carga de horas frente a un
ordenador puede generar conjuntivitis,
cataratas, lesiones de retina, etcétera. También se ha señalado la posibilidad
de que los trabajadores sometidos a una exposición prolongada de esta radiación
puedan sufrir dolores de cabeza, vértigos, depresión, pérdida de memoria,
malestar y alteraciones del sistema nervioso central. Otros estudios más
desalentadores, afirman la posibilidad de que los efectos de esta radiación se
traduzcan en cánceres de cerebro y tiroides, y leucemia. El problema de estos
estudios es que no se ha podido establecer un nexo causal directo de la
patología con dicha exposición, de tal forma que aún continúa siendo un gran
interrogante.
En la sociedad en la que vivimos es difícil escapar de estos
campos electromagnéticos, las nuevas tecnologías están a la orden del día, no
obstante sí que puede aminorarse esta radiación con pequeñas acciones, por
ejemplo aumentando la distancia entre las fuentes emisoras y las personas que
las utilizan, disminución de los tiempos de exposición, reorientación de
antenas, utilización del EPI adecuado a los riesgos, etcétera.
Si os interesa esta información podéis consultar la noticia
de referencia y otras fuentes consultadas.
Es una noticia muy interesante, más aun siendo un tema que se intenta tapar y pasar por alto, buen trabajo
ResponderEliminarMe alegra que te resulte interesante Ana. Espero que continúen los estudios acerca de esta materia porque aún quedan muchos interrogantes por responder, y es nuestra salud la que está en juego.
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