El techo de cristal es uno de los principales problemas de la desigualdad de género, de los que se habla en el post “Sin nosotras se para el mundo”, y algunos os preguntaréis, ¿qué es el techo de cristal? Es una metáfora que representa una barrera invisible que impide a las mujeres progresar en su carrera profesional y alcanzar los puestos de poder en las organizaciones. Como consecuencia del techo de cristal la calidad de vida laboral del género femenino es, en ocasiones, perniciosa.  

A través de una recopilación de datos fiables extraídos de diversas fuentes os quiero mostrar la limitación a la que se encuentran sometidas las mujeres a la hora de ascender a puestos “importantes”. 

Las mujeres son más del 50% de la población y tienen mayor formación que los hombres, ya que representan el 58% de los titulados de Grado, pero tienen menos presencia en los puestos de poder: 

- Hay un 22% de mujeres catedráticas en las Universidades Públicas y tan solo un 13% son rectoras de Universidades, y un 25% son profesoras de investigación de organismos como el CSIC. 

- Las mujeres tienen poca presencia en los altos cargos de la administración o en los consejos de administración de las empresas cotizadas en el Ibex 35 (en torno a un 24%), habiendo 3 mujeres como presidentas de las mismas.

- En relación a la presidencia de las Cámaras de Comercio solo un 2% son mujeres. 

- El 52% de los jueces y magistrados son mujeres pero hay un 12% de ellas en el Tribunal Supremo y únicamente 2 de los 12 miembros de Tribunal Constitucional son mujeres. 

- Por su parte, hay 43% de presencia femenina en el Consejo General del Poder Judicial. 

- Respecto a los miembros de las Reales Academias, solo 1 de cada 10 sillas es ocupada por una mujer. 

- La representación política de las mujeres aún no llega al 50% en la mayoría de los parlamentos. En el Gobierno actual solo 5 de sus 14 miembros son mujeres, y en el Congreso, las mujeres representan 39,4% de los escaños. Solo 4 mujeres presiden las Comunidades Autónomas y menos de un 20% son alcaldesas. 

Además, debemos destacar que con las nuevas tecnologías se están creando nuevas desigualdades para las mujeres, que están haciendo irrompible el techo de cristal. Debido a que en las tecnologías de la información las mujeres son minoría (21,2 %). 

Este cuadro señala que la presencia de mujeres es escasa como directores y gerentes, con 31,4%. Pero hay mayoría de mujeres técnicos y profesionales científicos e intelectuales, aunque con una concentración sobre todo en dos sectores feminizados, la enseñanza y la salud. 

Por último, me gustaría hacer referencia al Global Gender Gap Report 2017, que es un informe que examina las áreas críticas de desigualdad entre hombres y mujeres en 144 países, de las que quiero señalar dos: 

• Participación económica y oportunidades: que recogen resultados de salarios, niveles de participación y acceso a un empleo de alta cualificación. España ocupa el puesto 81 de 144 países. 
• Empoderamiento político: resultados sobre la representación en las estructuras de toma de decisiones. España ocupa el puesto 22 de 144 países. 

No obstante, de los empleados domésticos el 98% son mujeres y estas son también las que tienen los contratos de trabajo más precarios, el suelo pegajoso al que se ven ancladas. 

Tenemos los medios como la Ley para la igualdad efectiva de hombres y mujeres pero falta llevarlos a cabo e implantar soluciones. El mercado laboral debe avanzar hacia la paridad, rompiendo los techos de cristal, favoreciendo la conciliación, fijándose en el talento y no en el género.

Fuente

RODRÍGUEZ-PINA, GLORIA y ALONSO, ANTONIO. La discriminación laboral más allá de la brecha de género y el techo de cristal, con datos. Consultado el 8 de marzo de  https://politica.elpais.com/politica/2018/03/02/actualidad/1519999246_882483.html